Aun si la vida lloviera,
el hombre del paraguas negro seguiría el vuelo con sus pies en tierra
sonriendo a las miradas
de aquellos normales de ciudad.
Demente que adorna la locura
¿o de mente buscando dictamen?
Por hoy solo habla aquel viejo paraguas negro
a la espera de la voz de aquella masa ordinaria.
Y ríe
ante esa urbe empapada de falsa naturalidad, ríe
mas no hay quien acepte invitación a vestirse un minuto de vida
al cobijo de aquel…
…fiel paraguas negro.
La vida sigue…
…sin parar
Yo también deseo un paraguas
Un accesorio que oculta una identidad. Una máscara para cruzar la lluvia de la vida. ¿Necesitamos algo así?, lo ignoro poeta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Llueve la vida, nos empapa y ruge, siéntelo poeta, siéntelo a tu lado, en la mano que te roza, en la gente que pasa bajo sus paraguas, en cada gotear sin silencios, ruje y deja sus húmedas huellas.
ResponderEliminarAceptémosle.
Abrazo.