Como un desierto que consume
indecente e inmóvil se deja ver,
humedece el candor de su desnudez
ataca con furia implacable
sonríe al destino…se burla del ayer
perece entre los miserables
y renace como si nada.
Peregrina entre ángeles caídos
intocable, predestinada
ardiente como puta enamorada
fría como el hielo que quema
es un abismo infinito
de perdición canonizada.