Temo que la soledad no
llegue con el alba
temo a la súplica de algún
miedo olvidado
temo a la poesía, la de
verdad
temo al viento norte que
amaina el deseo
temo el aguacero de
recuerdos…
la sequía de sueños
inconclusos.
También temo al celibato de las musas
y a esos labios callados, que
llueven deseo.
L. Arturo
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