El cabello se despedaza entrelaza...
entre la oreja muerta y la lengua viva,
corre un manantial desde lo profundo
inundando el valle de la palma en copa,
el silencio se vuelve cómplice...
la geografía se estremece...
y la desvergüenza espera en pie
el final de una mano ajena.
Si la geografía se estremece entonces vale la pena.
ResponderEliminarEl silencio es siempre un aliado perfecto para ciertas cosas.
Buen poema, me gusta lo que insinúa.
Beso
Anouna